Hace un tiempo hablamos en Ártica acerca de las bibliotecas 2.0. Señalamos a Bibliotheka.org y a Scribd como ejemplos de inteligencia colectiva aplicada al mundo de la cultura escrita. Hoy retomamos la discusión del tema al referirnos a dos nuevos proyectos: la Biblioteca Viva Virtual y OpenLibra.
OpenLibra es un proyecto lanzado este mes por EtnasSoft (una empresa de diseño y programación web). En un comienzo pensada como una biblioteca técnica libre para desarrolladores web, la iniciativa fue ganando popularidad y buenas reseñas en los medios digitales. Así, Carlos Benítez, la persona que impulsa este proyecto, decidió ampliar la plataforma y transformarla una biblioteca más generalista con los aportes de los usuarios. La biblioteca, todavía joven, se nutre día a día con obras en dominio público, cedidas por sus autores o bajo licencias libres. El nuevo diseño incluye filtros por categorías, etiquetas y búsquedas de títulos. Como es lógico dado su origen, el material de la biblioteca está todavía sesgado hacia temas técnicos (para los desarrolladores, eso sí, es una fuente inmejorable de conocimientos). De todas formas, cabe esperar que la biblioteca, visitada ya por más de 1000 usuarios diarios, siga creciendo gracias a su concepción abierta y colaborativa. Tú mismo puedes visitarla o sugerir un libro.
Por su parte, en abril de este año Biblioteca Viva de Chile (una red de bibliotecas instaladas en centros comerciales) lanzó un nuevo servicio promocionado como la «Biblioteca del futuro«. El emprendimiento es el primero de este tipo en su país, aunque cuenta con ejemplos en otras partes. El concepto básico es el de trasladar la experiencia de las bibliotecas de siempre al ámbito de Internet. La biblioteca virtual «presta» sus ejemplares a los socios, permitiéndoles tener las copias digitales hasta un máximo de 15 días (y hasta 2 libros simultáneos), período tras el cual los libros desaparecen del dispositivo lector. Pero las analogías no terminan aquí. La biblioteca adquiere los ejemplares digitales a las editoriales con un 30% de descuento sobre la edición en papel, pudiendo dar en préstamo sólo la cantidad de ejemplares que previamente adquirió. Los responsables de la iniciativa detallan el intrincado sistema en esta entrevista hecha por Conexión Social.
Tras la audición de la entrevista a los emprendedores de Biblioteca Viva, no podemos menos que cuestionarnos acerca de lo que ellos llaman «Biblioteca del futuro» y que promueven como una «iniciativa pionera». Si bien nos parece interesante la experiencia de poner libros con copyright al alcance de la población de manera legal, nos choca que se mencionen las limitaciones y barreras del sistema (impuestas por las editoriales) como una «ventaja» ya que, según ellos, estaría replicando la experiencia del papel. Será que Ártica está llevada adelante por geeks que no entienden mucho del olor de las páginas y el tacto de las solapas. O será que hay gente bienintencionada que replica sin saberlo el discurso de la industria editorial, viendo ventajas donde hay ridículas limitaciones.
Dado que en Ártica estamos con las iniciativas que aportan a la apropiación social de la cultura, no podemos más que saludar abiertamente el proyecto OpenLibra, que día a día se replica bajo distintas formas en los más diversos ámbitos. Y esperar, por otra parte, que el modelo de Biblioteca Viva Virtual se abra a la comprensión de la cultura digital, porque de otra forma, morirá en el intento.
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