Los artistas, las instituciones y empresas culturales que deseen tener presencia en la web tienen que hacer de su sitio un espacio de centralización de contenidos y actividades. La Web 2.0 y las redes sociales son herramientas que, bien utilizadas, pueden posicionar y hacer llegar los contenidos culturales a nuestro público potencial. Para esto es cada vez más necesario una estrategia propia, integral, que no implica únicamente “colgar” contenidos en un sitio web. En este artículo proponemos algunas recomendaciones para proyectos web culturales.
Un sitio web completo y dinámico
“Tener un sitio web” ya no es equivalente a estar en la web. Muchos artistas e instituciones culturales tienen su web, pero no todos cuentan con una estrategia más amplia, con visión sistémica, de lo que significa hoy la presencia en la web. Un porfolio artístico, una galería fotográfica o una mediateca no pueden ser únicamente exhibidores online. Exhibir cosas en la web es tan solo una parte de una estrategia de comunicación digital. En el contexto de la Web 2.0 es necesario generar actividades, invitaciones a interactuar con el público, de manera consistente y continua.
Algunos aspectos importantes, quizás obvios, pero que no siempre se tienen en cuenta y que no son tan difíciles de implementar:
– Cuando sea posible, centralizar nuestra identidad online en dominio y alojamiento propio. Está bien tener cuentas en distintos servicios gratuitos de alojamiento de sitios web y blogs, pero a largo plazo esto es arriesgado, pues dependemos de empresas que pueden tomar decisiones sin consulta previa a sus usuarios.
– La información que buscan los visitantes debe estar disponible y completa. Para ello es necesario planificar los distintos espacios y secciones del sitio y asegurarnos de que hay información para completarlos. Una web no puede generar espacios que luego quedarán vacíos; es necesario completar cada uno de los espacios que se crean.
– La navegación debe ser muy intuitiva. No hay que esconder nada que sea relevante y es bueno destacar todo lo que tiene que ser hallado de un vistazo. Después de todo, un sitio web es un espacio público donde compartimos información. Debe ser accesible, fácil de usar y útil.
– Gestionar el sitio con un sistema de gestión de contenidos o CMS. Se trata de herramientas que permiten manejar todo el contenido de una web. Los sistemas más conocidos son WordPress, Joomla y Drupal, que son gratuitos y de código abierto, pero también se podría incluir a distintos servicios de blogging gratuitos, como Blogger. Los CMS permiten gestionar por separado el contenido y el diseño de la web, de manera que no es necesario modificar toda la web cada vez que se quiere escribir un simple artículo o subir una foto. Que publicar sea tan fácil como escribir un e-mail. Que no sea necesario pedirle a un proveedor externo que renueve el contenido. Si no podemos hacer esto de forma autónoma, el más bonito sitio creado en Flash, con animación y sonido, será a la larga un sitio sin vida.
Contenidos de calidad y frecuencia de publicación
Una web no es sólo una extensión de las páginas amarillas donde encontrar la descripción, el teléfono y un mail de contacto. No hay que limitarse a crear vidrieras, estanterías y exhibidores. La cultura genera información, conocimiento, experiencias vivas. Hay que aprovechar esa riqueza cotidiana y compartirla. El contenido de calidad que se publica con una frecuencia regular hace que la web resulte atractiva, e incluso imprescindible como herramienta de comunicación social.
Algunos tips:
– Todo lo referente a nuestra actividad se puede publicar y lo más relevante se debe destacar. Mantener la web actualizada con un flujo de información constante genera visitas y cosecha oportunidades de trabajo, negocios, intercambio, etc.
– Utilizar buenos títulos, redactar textos interesantes y acompañarlos con contenido multimedia. La redacción para la web tiene sus cuestiones específicas. Algunas de ellas se detallan en el libro “Tienes 5 segundos”.
– Brindar siempre información en formato de texto, aunque usemos imágenes, video y animación. Esto mejora también la accesibilidad, ayudando a personas con dificultades de visión a utilizar software de lectura.
– Utilizar imágenes de buena calidad pero livianas, que no tarden en cargar. Evitar a toda costa que se deformen, que se vean pixeladas o que alteren la buena visualización de una página.
– Facilitar que los buscadores nos encuentren. Si los buscadores indexan bien nuestra página esto ayudará a que nuevos usuarios descubran el contenido que ofrecemos. Debemos usar palabras clave y etiquetas que describan bien el contenido y que se repitan a lo largo del sitio.
– Monitorear las visitas, no sólo cuántos visitantes tenemos, también de dónde y cómo llegan. Google Analytics es una herramienta gratuita y sencilla de utilizar para esta tarea. Así evaluaremos los resultados de nuestras acciones y contaremos con herramientas para mejorar.
¿Todos los derechos reservados?
Muchas veces no tenemos en cuenta que cualquier información publicada en la web es copiable, compartible y fácil de difundir y reutilizar de la manera más amplia. Por eso es importante definir términos de uso y explicitar los derechos de uso de esa información, ya sea los que se reserva el autor como los que se permiten al usuario.
Actualmente existen muchas opciones para manejar este aspecto: desde el copyright por defecto, pasando por distintas licencias que nos permiten otorgar el derecho de copiar y distribuir la información a terceros (Creative Commons), hasta la posibilidad de donarla al dominio público.
Estas dos últimas opciones pueden facilitar que los usuarios también se vean “empoderados” y tengan la libertad de compartir el contenido en otros espacios, amplificando y multiplicando las ideas, actividades y propuestas del sitio. Es importante recordar que los derechos de autor los tiene el creador original del contenido. A menos que se indique otra cosa, quedan “todos los derechos reservados”.
Si quieres promover el uso de tu información y ceder parte de esos derechos, debes hacerlo explícito. Es recomendable tomar esta decisión al planificar el proyecto web y avisar sobre ella a los usuarios claramente. Seguramente viendo el documental “¡Copiad malditos!” se hagan una idea de las implicancias de estos temas.
Participación de los usuarios y construcción de redes
No todo es ingeniería de buscadores y buena gestión de contenidos. Hay que saber tejer redes. Si un usuario se interesa por el contenido, debemos darle la posibilidad de seguir en contacto. Hay que darle alternativas al usuario y ayudarlo a que vuelva a nuestra web.
Los usuarios por lo general no van espontáneamente hacia el contenido, sino que el contenido debe llegar a los usuarios integrándose al flujo de información que cotidianamente consumen.
Quien gestiona un sitio web de cultura tiene que actuar como un animador y moderador de conversaciones. De esta manera, se estará identificando y alimentando una red de intereses comunes que está allí afuera, esperando nuestra participación y compromiso.
Desde este punto de vista recomendamos:
– Que el usuario pueda suscribirse mediante RSS, seguir nuestra actividad en las principales redes sociales y suscribirse a un boletín.
– La presencia en Twitter y Facebook es fundamental, pero no es cuestión de abrir simplemente una cuenta en estos servicios. Hay que construir comunidad, seguir y ser seguido, participar y aportar contenido.
– Hay que facilitar que se puedan realizar acciones dentro del sitio, consultar, buscar, almacenar como favorito un ítem, enviarlo por mail, imprimir, compartir en redes sociales, “embeber” las imágenes, audio y video en otros sitios web, etc. Esto ayudará a que el contenido se distribuya a través de redes de mayor alcance.
– Motivar a los usuarios a comentar y hacer preguntas y siempre responder a los aportes de la comunidad.
– No dejar de visitar y hacer comentarios de calidad en sitios web, blogs, Twitter y Facebook, lo que redunda en relaciones más estrechas y usuarios más fieles.
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