En esta nueva entrevista conversamos con Adriana Cabrera Esteve, escritora uruguaya. Nació en Montevideo, en 1955. Ha sido periodista y es militante en Derechos Humanos. Ha publicado diversos libros de literatura infantil y juvenil, entre ellos Crimen en el Puente Mauá, El fantasma del cuaderno negro y la saga de la heroína Guidaí, ganando diversos premios por ellos. A través de su blog y de un perfil en Flickr comparte su pensamiento y su obra.
Tu trabajo literario se enmarca dentro de una trayectoria de militancia en derechos humanos. Desde hace tiempo tenés un blog muy activo que conjuga ambos aspectos de tu vida. ¿Cómo es esta articulación?
Yo diría que no hay una articulación planificada ni racional. Escribo porque me gusta y milito en derechos humanos porque la vida me llevó a eso cuando los militares secuestraron y desaparecieron a mi padre durante la dictadura. El primer período fue de necesidad, impotencia, desconcierto. Después, hubo abogados especializados en derechos humanos que nos fueron mostrando que había un campo del derecho que nos amparaba y desde el cual podíamos pararnos para canalizar nuestras aspiraciones de encontrar con vida a nuestros seres queridos. Si bien el tiempo nos fue mostrando que eso no era posible, con el conocimiento vino el compromiso. Ahora bien, si tuviera que autoanalizarme te diría que hay algo en común entre la literatura y la militancia en derechos humanos y es que la realidad no es suficiente. Cuando falleció Tomás Eloy Martínez, subí a mi blog una de sus frases. Él decía que el arte es necesario porque la realidad está lejos de ser perfecta. Yo recrearía esa frase diciendo que la literatura y los derechos humanos son necesarios porque la realidad está lejos de ser perfecta.
En tu narrativa está muy presente la visibilización de temas de género. ¿Cómo te parece que se puede abordar la perspectiva de género desde la literatura?
Mi generación creció con pocos referentes femeninos significativos. Las mujeres a las que se podía admirar se encontraban más en el celuloide que en la vida. No digo que no las hubiera, digo que no gozaban de popularidad. Había que buscarlas en la historia. Fijate que había una sola mujer en el parlamento que era Alba Roballo. Las había en los partidos políticos pero los principales liderazgos eran masculinos. Entonces, aunque tu madre te dijera que hombres y mujeres eran iguales, y la Constitución también, la sociedad te daba el mensaje implícito contrario. Gracias a muchas mujeres que reclamaron sus espacios, progresivamente esa situación está cambiando. Sin embargo, las desigualdades son aún notorias. La literatura puede mostrar mundos en los que esas desigualdades no existan. Construir personajes que tienen que lidiar con esos problemas y pueden sortear obstáculos me parece una forma de que las niñas que aún reciben educaciones tradicionales puedan imaginarse a sí mismas en roles diferentes. Por eso mis personajes femeninos usan patinetas o son detectives o se encuentran en situaciones en las que tienen que tomar decisiones y esas decisiones se muestran luego acertadas.
Como escritora dedicada a niños y adolescentes, tus lectores son nativos digitales, forman parte de una generación donde el conocimiento y la cultura circulan de forma distinta a como lo hacía en las generaciones anteriores. La cultura narrativa y audiovisual unidireccional de las generaciones anteriores se complejizó con Internet, cuya estructura favorece la horizontalidad de las comunicaciones. ¿Creés que los nuevos formatos y prácticas culturales transforman en alguna medida el hecho literario, el texto?
El mundo cibernético ha creado otro ritmo. Antes comprar un libro suponía el deseo, la mayoría de las veces ahorrar el dinero para comprarlo, luego la búsqueda y recién luego la lectura. Ahora alcanza con hacer clic en “descargar”. El mundo de la administración, los archivos, las comunicaciones se ha acelerado en forma exponencial. Y el aprendizaje también. Las generaciones “digitales” tienen acceso a mucha más información que las anteriores. Sin embargo no creo que eso incida negativamente en la lectura de libros. La popularidad de la saga de Harry Potter y en los últimos tiempos, Crepúsculo, vinieron a romper con esos miedos y a demostrar que cuando los contenidos estaban de acuerdo con lo que los jóvenes eran capaces de imaginar, se prendían. También han demostrado que la complejidad de los temas a tratar tenía que estar acorde con sus preocupaciones. Lo que está quedando atrás, me parece más bien, es la burbuja que creaban los adultos cuando pensaban que algunos temas eran para chicos y otros, no. Estar cerca de los niños te enseña que los temas para tratar son los que ellos eligen, no los que nosotros elegimos. Lo que sí es diferente es cómo tratarlos. Sobre la unidireccionalidad de la narrativa tengo algunas dudas. Coincido con Susan Sontag en cuanto a que no hay una sola interpretación del texto literario. Por el contrario, hay tantas interpretaciones como lectores, ese es el quid del hecho artístico, la posibilidad de ser resignificado. Si pensamos así, el lector no es un receptáculo, es un re-creador y hará con su creación lo que quiera, salvo plagiar, claro. El soporte es sólo uno de los componentes del texto. Hay quien dice que el lector de Internet hace zapping y sólo está unos minutos en cada página. Esa teoría impondría un texto breve. En lo personal tengo mis dudas. La persona con hábitos de lectura lee, no importa el soporte.
¿Considerás que Internet y los medios sociales han cambiado en algo tu trabajo? Si es así, ¿en qué sentido?
Vivimos en red y además se trata de una red multidimensional. Por lo tanto somos condicionados y condicionamos de la misma manera. No es posible ser una excepción en esto. En lo personal soy una usuaria habitual de Internet y las redes sociales.
¿Has conocido escritores que te interesen a través de la web? Si es así, ¿quiénes y por qué?
Navego en internet en busca de información, fotografías, música, películas. Leo la prensa sin importarme la longitud de los artículos pero en materia de escritores sigo siendo habitué de las librerías y prefiero por lejos el libro en papel. He leído novelas en soporte digital pero no es mi primera elección.
Agradecemos mucho a Adriana su participación en la entrevista. Recomendamos visitar su perfil en Flickr y su blog, donde, entre otras cosas, se pueden leer capítulos enteros de los libros publicados por ella.
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