Una de las cosas más favorables que tiene Internet para los creadores son sus herramientas de comunicación horizontal, entre pares, que facilitan la gestión cultural independiente. En este tercer y último tema del curso «Arte joven y cultura digital» presentamos las experiencias de artistas jóvenes que, gracias a estas herramientas, se desarrollan exitosamente en el nuevo ambiente social de la cultura del que hablamos en el tema anterior. Al analizar sus experiencias, veremos cómo se construyen redes y canales de comunicación utilizando las nuevas tecnologías.
Contenidos
1. Experiencia: Paola Zakimi, una artista visual que vive de sus ventas online
2. Experiencia: Franck de las Mercedes y el financiamiento colectivo
3. Construyendo redes y canales de comunicación
4. «Muuucha Internet»
5. Determinar cuál es nuestra comunidad
6. Construir una identidad online
7. Ser constantes: se empieza de abajo
8. Ser claros: explicitar qué queremos
9. Generar contactos
10. Redes sociales: armar un recorrido propio
11. Actividades
12. Te recomendamos leer
13. Tu opinión
1. Experiencia: Paola Zakimi, una artista visual que vive de sus ventas online
Paola Zakimi comienza su día muy temprano, en las sierras de Córdoba, Argentina. Antes de ponerse a trabajar en el taller revisa sus mails, chequea las ventas de sus últimas ilustraciones y «artdolls», realiza su recorrido habitual por las redes sociales y va tomando decisiones. Define qué imágenes necesita cargar en su Flickr, revisa qué ítems tiene que renovar en su tienda, determina qué productos tuvieron más éxito. Mientras termina los detalles de su última muñeca, actualiza su blog y deja prontas las impresiones y las cajas que se irán al correo. Paola nos cuenta éstos y otros detalles de la vida de una artista visual independiente que vive de vender sus obras en Internet a través de esta video entrevista.
2. Experiencia: Franck de las Mercedes y el financiamiento colectivo
Franck de las Mercedes tiene un taller muy lejos de las sierras cordobesas, más precisamente en Nueva York. Un taller lleno de tarros de pintura, lienzos y papeles, pinceles y una gran cantidad de pequeñas cajas que contienen algo tan frágil como paz, amor, coraje o esperanza. Su proyecto «Cajas de prioridad» circula por el mundo gracias al boca en boca que facilita Internet, el cual Franck ha sabido aprovechar para financiar la continuidad del proyecto mediante crowdfunding. En este video cuenta qué son esas extrañas cajas y explica cómo implementó esta nueva forma de financiación colectiva.
3. Construyendo redes y canales de comunicación
Durante las últimas décadas del siglo XX se volvió cada vez más raro comprar obra directamente a un artista. En artes visuales, las galerías y casas de subastas se volvieron protagónicas y en general en todas las áreas de la cultura los intermediarios se tornaron más poderosos y concentraron la circulación y puesta en valor de obras artísticas. Pero en los primeros años del siglo XXI, con la expansión de Internet, la relación directa entre el artista y el público se está recuperando y fortaleciendo. Si por un lado las galerías están buscando volcarse a este medio para hacer lo mismo de siempre pero de otra manera, un movimiento cada vez más consolidado de artistas independientes se está desarrollando a través de redes propias, por fuera de las redes del mercado oficial y canónico. Hoy es posible visitar la web de artistas como Franck o Paola como quien se acerca a sus talleres, ver sus obras, ponerse en contacto fácilmente y a partir de allí comprar o simplemente disfrutar de su talento, sin intermediarios.
Estos dos artistas tienen claro que la comunicación es fundamental y de hecho la incorporan como parte de su actividad, no la consideran un aspecto separado o menor. Ambos, desde sus particulares experiencias, aprovechan la potencia de Internet para comunicarse con el público de manera eficaz, ya sea para vender, como para desarrollar un proyecto y financiarlo. Pero como queda claro en los dos casos, construir redes y canales de comunicación en Internet implica trabajo, no es algo mágico que sucede solo. En los siguientes párrafos exponemos algunas de las recomendaciones que se pueden desprender de las experiencias de estos dos artistas.
En Internet hay que observar, escuchar, investigar. Afortunadamente está lleno de gente que le enseña a otros qué hacer, desde cómo iniciar un blog, hasta cómo abrir una tienda. También está lleno de ejemplos, tutoriales, «how-to», foros donde preguntar y recibir respuestas, sitios especializados a los cuales suscribirse, redes donde conocer a colegas, públicos, socios, clientes. ¿Que se pierden muchas horas en esto? Al principio sí, lleva tiempo, pero una vez descubiertas las fuentes de información valiosas y relevantes para el circuito en que se mueve cada uno, todo es más fácil.
5. Determinar cuál es nuestra comunidad
Siempre se dice que Internet tiene la capacidad potencial de llegar a todos de forma instantánea en cualquier parte del mundo. Pero más importante que eso, es que Internet tiene la capacidad de agrupar todo tipo de comunidades e intereses. La gente interesada en las mismas cosas se comunica entre sí, comparte información y recomienda contenido. Por lo tanto, lo imporante no es llegar a todos (como sería la pretensión de una gran industria cultural internacional), sino identificar un público específico para mi trabajo, saber en dónde está y cómo comunicarme con ese público.
La construcción de audiencias en Internet puede ser, por un lado, algo sorpendente. Puede pasar que una iniciativa de carácter más bien local termine siendo internacional, o que apuntemos a un público de determinado país o edad y terminemos llegando a otros públicos que no habíamos considerado. Pero una vez que empezamos a tener datos sobre esto (como decía Paola, chequeen su Google Analitycs), tenemos que tomar decisiones proactivamente a partir de esta información.
6. Construir una identidad online
O, mejor dicho, conseguir que nuestro posible público entienda quiénes somos y qué hacemos y lograr la empatía necesaria con esos otros a quienes hay que escuchar y con quienes tenemos que conversar diariamente.
La identidad digital posibilita pertenencias múltiples y flexibles. Es posible construir un relato propio, una narración que nos identifique como artistas y que puede incluir elementos de la vida real junto a otros más ficcionales (un seudónimo, un avatar). Ocuparse de cosas como una foto de perfil, el nombre artístico, la descripción de lo que hacemos, no es para nada trivial. Esto se ve reflejado en la red de contactos que lograremos armar, en cómo nos van a leer y entender.
A veces es difícil organizar la identidad digital, porque está compuesta por fracciones diversas: contactos, opiniones, fotos, videos, enlaces, documentos, etiquetas, datos aportados por nosotros y por terceros. Gestionar la identidad en Internet significa darle coherencia a todos estos elementos y depende de una construcción del conjunto que debe emprender el sujeto, como ciudadano en red.
7. Ser constantes: se empieza de abajo
Todas estas recomendaciones no dan resultado de un día para el otro. Si bien vivimos en una cultura del feedback inmediato y del estímulo fugaz, si queremos construir identidad y comunidad en torno a objetos culturales, tenemos que pensar en una estrategia de largo aliento. Es habitual comenzar un blog y abandonar, dejar una web desactualizada y sin gestión porque a los pocos meses aún no se constantan resultados. Sin embargo, el creador que es un amateur apasionado encuentra en Internet y en las redes sociales no sólo un lugar de publicación sino de participación organizada en torno a intereses concretos. Cultivar esos intereses, como quien cultiva un jardín, no es algo que se haga por obligación, sino por gusto. Es de ese gusto, de esa pasión, que nace la constancia para publicar, compartir y comunicar.
8. Ser claros: explicitar qué queremos
¿Qué queremos que la gente haga con la información que compartimos? ¿Que compren, que propaguen un mensaje, que colaboren en un proyecto, que donen, que participen? Esto lo plantea Franck: no digas simplemente «los invito a conocer mi página web». Es mejor algo como: «escuchen mi nueva canción, se llama X, y tiene un estilo Y» o «mi nuevo trabajo está a la venta». En un ambiente de abundancia informativa y de múltiples estímulos, no hay que añadir ruido sino aportar a la conversación. En un tweet tiene que caber una invitación, seductora, pero sobre todo clara. Sugiere, anima, pide, recomienda, estimula, responde. No te limites a «dar a conocer».
Esto también lo menciona Franck. Es importante que vayamos construyendo ese listado que comienza por los amigos y continúa por todas las personas que se han interesado en nuestro trabajos, pasando por los internautas casuales que visitan nuestro sitio y acceden a dejar una dirección de correo electrónico, seguirnos en Twitter o pulsar un «Me gusta». Podemos tener varias listas, en el mail y en las redes sociales, aprovechando herramientas cotidianas (como los grupos de correo) que permiten segmentar y organizar las posibles audiencias.
Una base de datos de contactos no se construye de la noche a la mañana pero es posible hacerla crecer cada día. Es importante utilizarla con responsabilidad, asegurarse de no enviar información que pueda ser considerada spam. Comuniquemos cosas importantes, a un nivel personalizado y no como un forward o una cadena más. Si nos comunicamos de esa manera, es probable que comencemos a tener feedback, que la gente se ponga en contacto para proponer proyectos, invitar a eventos, preguntar, pedir presupuestos, buscar socios, compartir ideas, etc. También nosotros podemos hacer lo mismo y es probable que seamos escuchados y que se tiendan puentes. Esto genera nuevas tareas: hay que responder, evaluar, gestionar la comunicación cada día.
10. Redes sociales: armar un recorrido propio
Como decía Paola, cada uno tiene que armar un itinerario diario por los servicios de redes sociales que nos ayudan a gestionar nuestros contactos. Hay que ir probando y determinando en qué redes quiero estar. Todas son interesantes, aunque para distintas cosas. Facebook es una red generalista que nos ayudará a ponernos en contacto con un público más masivo, pero es importante participar de comunidades específicas, como lo hacen los músicos en MySpace o los artistas visuales en Flickr. Esto multiplica el trabajo, porque normalmente hay que tener presencia en varias redes, actualizar el perfil y la actividad con frecuencia, un poco cada día. De ahí la importancia de establecer el recorrido de un contenido por las distintas redes. Como decía Paola, todo puede comenzar con una foto en Flickr, que luego es publicada en el blog, que luego se comparte en Twitter y en Facebook. No es la idea volverse especialistas en redes ni estudiar cada día las novedades y cambios en este dinámico mundillo, porque no es esa nuestra especialidad. Lo que hay que estudiar es nuestra propia comunidad, su comportamiento, sus conversaciones.
Durante esta última semana del curso les proponemos consignas de trabajo más prácticas. Seguiremos utilizando los foros habituales pero ahora para realizar dos actividades:
– Consultorio: deja tu pregunta o consulta sobre gestión cultural independiente en Internet y vota las mejores preguntas. También eres libre de responder y contribuir con las inquietudes de otros/as compañeros/as del curso.
– Reflexión sobre el trabajo propio: evalúa cómo te pueden servir los consejos e ideas de Paola y Franck en tu propio trabajo creativo. ¿Qué podrías hacer que no estabas haciendo hasta ahora?
Continuaremos también a través de Twitter y por supuesto, están abiertos los comentarios de este artículo para que desarrollen sus ideas y propuestas libremente.
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