Después de 16 semanas de trabajo con tres interesantísimos artistas: José Luis Zárate, de México, Vladimir Ramos Calderón, de Perú, y Domingo González Díaz, de España, llegamos al final de la primera edición de la Clínica on line de artes visuales “Laboratorio de proyectos”. Una Clínica totalmente a distancia a través de Internet, que tendrá su segunda edición a partir del 8 de agosto.
La primera edición de la Clínica, que tuvo como objetivo principal ayudar a estos tres artistas a elaborar un proyecto artístico de principio a fin, se dio un formato de trabajo en seis módulos y comenzó por hacer un análisis de reconocimiento de influencias, fortalezas y debilidades de la obra en la que cada uno venía trabajando, para luego sugerir reformulaciones que hicieran posible la transformación de esos gérmenes creativos en un proyecto tangible.
De las herramientas creadas especialmente para la Clínica, la de mayor utilidad fue -sin dudas- la “Guía para la presentación de un proyecto artístico”. Con esta guía y una serie de ejercicios por módulo, más un conjunto de materiales de lectura complementarios, fuimos abordando los complejos y bien diferentes proyectos de cada participante.
Fue fascinante ir desde aquel inicio con apenas un puñado de obras prometedoras e ideas en borrador, hasta el final, con proyectos definidos ideológicamente, fundamentados, organizados fase por fase y tangibilizados a través de las carpetas de presentación de los proyectos.
Y todo un desafío. Porque hablar de arte, intercambiar opiniones y discutir sobre conceptos complejos siempre es -además de apasionante- arduo. Sin embargo, con José Luis, Vladimir y Domingo fue un verdadero placer. Una experiencia enriquecedora en lo artístico y también en lo humano.
El aula virtual en la que trabajamos es una plataforma tan amigable, que de inmediato nos sentimos como en casa, moviéndonos en ella siempre con total naturalidad.
Allí fuimos avanzando tarea a tarea y módulo a módulo, apoyándonos en los materiales de lectura que se aportaron desde la Clínica, en las obras que iban subiendo los artistas para compartir y analizar, y fundamentalmente, en el intercambio de ideas que se dio a través del chat y el correo electrónico.
Si bien no hubo una hora fija para esos encuentros, de a poco nos fuimos dando cuenta cuáles eran las horas más propicias para cada uno y en muy pocos días se nos hizo muy fácil encontrarnos para charlar y debatir.
El intercambio se hizo muy rico, ya que mientras José Luis preparaba (en una larga serie de bocetos a carbonilla) un proyecto netamente pictórico, Domingo creaba una instalación en la que dialogarían dibujos monocromos (de elevadísima factura) con una instalación en base a tubos fluorescentes, a la vez que Vladimir proponía un recorrido por una obra constituida por pinturas realizadas con materiales no convencionales, ensambladas con elementos domésticos como prendas de vestir y trozos de mobiliario.
Así, nos fuimos centrando sucesivamente en analizar la obra a fondo, trazar objetivos claros, definir la propuesta de trabajo en todos sus frentes, planificarla, construir un cronograma de trabajo real, diseñar un plan de producción acorde a ese cronograma, producir o plantear en bocetos la obra y preparar un proyecto expositivo en una carpeta de proyecto organizada.
Pero al final, cuando ya hemos cumplido con cada paso y tenemos en la mente el proyecto y en nuestras manos la carpeta de presentación concluida, nos damos cuenta de que no sólo fue posible por todo eso, sino también por el afecto que el compromiso con el trabajo fue creando.
Así que ya ven, una Clínica on line de artes visuales que además de proyectos concretos, también genera amistades.
Están todos invitados a la segunda edición, que comenzará el 8 de agosto.
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