La cuarta clase del #cursotarantino tiene un formato especial: consiste en un detallado reportaje realizado por Jorge Rodchick y Marcela Amparo, estudiantes de crítica de cine que entrevistaron en profundidad a Hernán sobre Bastardos sin Gloria (Inglourious Basterds).
Cuando recién llegamos empezaste diciendo que Bastardos sin Gloria fue como una suerte de miniresurrección para Tarantino. ¿Por qué decís eso?
Porque cuando QT la estrena no estaba en el mejor de sus momentos profesionales. No si lo comparás al menos con el período en que había hecho Pulp Fiction y se había transformado con mucha velocidad en una especie de nuevo joven genio de la industria del cine. Cuando estrenó Inglourious Basterds Tarantino venía de hacer Kill Bill y el proyecto Grindhouse. Dos películas que le habían dividido en dos pedazos contra su voluntad y que a mi entender hay que verlas como una sola película para entenderlas por completo. Además dos films que no tuvieron el éxito esperado. Es más, su segmento de Grindhouse (Death Proof) fue el mayor fracaso comercial en la carrera de QT, además de la única película de este director que recibió, al menos al principio, desaprobación crítica.
Además esto de que a QT le hayan manipulado tanto las películas quitaba esa leyenda de que el tipo es un cineasta independiente o una suerte de rebelde del sistema.
Eso de que Tarantino es un independiente es un disparate total. Un invento de marketing te diría. QT es un director con un estilo muy personal, pero eso no significa independiente. Independiente es un cineasta que tiene control total sobre su material, QT solo lo tuvo esto en Reservoir Dogs, el resto de sus films fueron trabajos hechos bajo las órdenes de los hermanos Weinstein, ya sea vía Miramax o vía The Weinstein Company, y cuando trabajás para los Weinstein olvidate de la independencia y de poseer el famoso “final-Cut” (nota de los redactores: final cut es el corte en el montaje final). Tarantino no trabajó con independencia ni en Jackie Brown y ni en Pulp Fiction, no quiero decir que en esos casos le hayan alterado significativamente los films, pero trabajó prácticamente con los mismos márgenes de libertad que cualquier otro director industrial. Quizás le dejaban tener más vuelo en el rodaje, pero independencia, lo que se dice independencia, nunca tuvo. Y los casos de Kill Bill y Grindhouse fueron clarísimos.
En medio de eso incluso estuvo ese hecho en el festival de Cannes, ¿no?
Bueno, eso ya no tiene nada que ver con ser cineasta independiente o no. Eso directamente es, según lo que se dijo, ceder a las presiones de un lobby de la propia compañía para la que trabajás. Digamos, él era director del jurado del Festival de Cannes y como director terminaron premiando Fahrenheit 911 de Michael Moore, una película que estaba producida por Miramax. Digo, no hay nada ilegal en eso, pero muchos empezaron a ver con mala cara que un director empleado de esa compañía presidiera un jurado que terminara premiando una película de esa misma productora. Más aún cuando los Weinstein tienen una fama tan grande de lobbystas. Incluso llegó a rumorearse que a Tarantino ni le gustaba la película. Digamos de nuevo, eso no te hace ni un mejor ni un peor cineasta, pero no te deja bien parado como profesional.
Se dijo también que iba a dirigir una de Jason, ¿no?
Si, algo que finalmente él desmintió. Hubiera sido interesante ver que salía de eso, como hubiera sido interesante también leer ese libro que iba a escribir sobre cine de género filipino en el 2005 y que nunca publicó. Lo de Jason, al parecer, se lo ofrecieron justo antes de que empezara a embarcarse en serio con el proyecto de Inglourious Basterds. Digo, cuando el guión ya estaba terminado y listo para rodarlo.
Tenemos entendido que tardó mucho en hacer el guión.
Él tenía el proyecto de Inglourious Basterds ya desde antes de Jackie Brown, pero nunca estaba del todo convencido con lo que estaba escrito en papel y hay que acordarse que para Tarantino los guiones son de una importancia capital. Finalmente después de muchos años le encontró la vuelta y logró plasmarlo como quería.
Igual vos decís que fue como su gran vuelta, lo que lo colocó de nuevo en el lugar que estaba antes como uno de los más importantes cineastas del mundo.
Podría decirse que lo volvió a afianzar ahí, estuvo cerca de ganar la Palma de Oro en Cannes y tuvo varias nominaciones al Oscar. La Palma y el Oscar ese año para mí los ganaron dos películas muy inferiores a esta, como La Cinta Blanca y Vidas al límite.
Igual más allá del prestigio recuperado y los premios y todo eso la película tuvo mucha polémica y generó medio que irritación en la crítica.
Si, algunos críticos muy prestigiosos como David Walsh, Adrian Martin o Jonathan Rosenbaum la hicieron pedazos. En realidad lo que pasó es que la película tocó un tema muy delicado como la cuestión del nazismo y el holocausto, que son asuntos que para muchos críticos tienen que tocarse de una manera específica, con cierta distancia y rehuyendo todo intento de espectáculo. Algunas de esas lecturas vienen, a mí entender, de una mala lectura de El travelling de Kapó de Serge Daney, un texto extraordinario, muy influyente, pero que para mí ha sido también muy mal interpretado y mal tomado como un grupo de reglas a seguir y no como la opinión personal de alguien, en un determinado contexto de su vida. Pero eso es harina de otro costal. Inglourious Basterds claramente no cree en que no puede hacerse un espectáculo con la Segunda Guerra Mundial, o no cree que hacer eso sea necesariamente banalizarla. Al contrario, es una película rabiosamente entretenida que hace abiertamente de la guerra un espectáculo, espectáculo de lo oscuro, pero espectáculo al fin.
¿Por qué lo de espectáculo oscuro?
Porque nos hace sentir fascinaciòn por alguien tan macabro como Landa, o se permite generar suspenso a partir del hecho de que un tipo va a ser golpeado con un bate de béísbol, o el hecho de hacer del «héroe» principal un sádico psicópata como Aldo Rey. Bastardos sin gloria es, entre otras cosas, una película sobre la fascinación por el espectàculo violento, una forma de conectar al espectador con un costado oscuro de su persona. No por nada la película homenajea abiertamente a Hitchcock, y de forma muy clara a Sabotaje. Toda la organización de las escenas están marcadas bajo el tipo de suspense hitchcockiano. No hay que olvidarse que Hitchcock fue un cineasta que como pocos trató de que el espectador sintiera empatía por personajes con un costado siniestro. Un necrófilo en Vértigo, un vouyer en La Ventana Indiscreta y por supuesto un asesino serial en Psicosis. Y sabés que hay algo curioso, porque hubo quienes vieron en esta fascinación por lo violento y por los personajes oscuros en Inglourious Basterds una suerte de rasgo fascista o nazi de la película, cuando en realidad, si hay algo que dificilmente podría plantear el fascismo y muchísimo menos el nazismo, es la idea de un espectáculo que nos conecte abiertamente con una atracción por lo oscuro o siniestro. Un tipo como Hans Landa hubiera sido inviable como forma de representación cinematográfica durante la época nazi.
¿En qué sentido?
En el sentido de que Hitler y Goebbels tenían una idea muy conservadora y estrecha sobre el arte y la estética. No creían más que en un arte perfectamente armónico, el sentido de un arte que solo tenía que imitar a las perfectas formas griegas o romanas. La idea de antihéroes brutos como Aldo Rey no eran modelos que ellos querían para su cine. Hitler y Goebbels, además, tenían toda una idea sobre el arte y su relación mimética con el espectador. O sea, ellos creían que el espectador veía algo en cine, o en pintura o en lo que sea y eso influía más tarde en su comportamiento. O sea, para ellos el ciudadano alemán tenía que ver un arte que no lo conectara con lo oscuro sino con el mundo armónico al que ellos aspiraban, o sino con personalidades heroicas y sacrificadas. Para la estética nazi un personaje como Hans Landa o como Aldo Rey hubieran sido inviables, porque justamente son personajes que nos hacen sentir fascinación por lo siniestro, que nos conectan en algún punto con nuestra propia atracción por lo oscuro. Igual pasa con la forma en la que Inglourious Basterds trabaja sobre la violencia: se regodea no sólo en lo violento sino en la posibilidad de verlo. Eso se ve claramente en la escena en la que te describen el batazo que va a sentir el nazi antes de que éste lo reciba. Hay una idea ahí de trabajar el morbo con el espectador. Eso en el arte nazi no pasaba, porque si vos estás empeñado en construir una sociedad perfecta como sea, tenés que negar esos impulsos oscuros, y muchas veces el arte puede mostrarte que los tenés. Te voy a dar un ejemplo práctico: en la época nazi existía un grupo de artistas que se llamaba Los Bastardos de la Renania, que era un grupo de pintores que pintaban cosas muy violentas justamente porque decían que eso conectaba al que los veía con sus propios instintos oscuros. «Los bastardos» no hacían eso porque, a diferencia de Hitler y cicompañía, no creían en una idea mimética del arte, sino en una idea catártica del arte, más cerca si se quiere de una sensibilidad aristotélica. O sea, según los Bastardos de la Renania vos veías arte violento y en algún modo era liberador para vos, porque liberabas un costado oscuro que es mejor que explote mientras ves una obra artística en donde no hacés daño a nadie que en un tu vida cotidiana. Es curioso, porque Tarantino también se la pasa hablando todo el tiempo de la violencia “catártica” de sus películas. Y tampoco cree, como Hitler o Goebbels, que quien ve algo violento después va y lo imita. Él tiene una frase incluso que dice: las películas violentas no hacen gente violenta, a lo sumo pueden crear realizadores violentos que es otra cosa.
Es raro lo que decís de Hitler, ¿no? Que aborrecía la violencia.
La violencia en pantalla, o mejor dicho, el juego del morbo y la identificación con personajes oscuros. De más está decir que, derramar sangre, la derramaba sin problemas para llegar a su objetivo, que era generar una sociedad rabiosamente armónica. Lo que pasa es que, claro, un arte que te invite al morbo es un arte que te hace conectar con un costado imperfecto tuyo; es hacerte admitir que hay algo oscuro en vos. Para un tipo como Hitler, que creía en la posibilidad de una sociedad perfecta y armónica, esa idea era insportable. Digo, es muy cínico pensar que no toleraba el derramamiento de sangre o la explotación del morbo en el arte pero sí en la calle. Pero ojo, que eso es un comportamiento que se da seguido en las dictaduras. Fijate que en muchos momentos dictaroriales normalmente las representaciones cinematográficas solían rehuir a la violencia y querían mostrar mundos perfectos que funcionen como ejemplo para el ciudadano. Acá en Argentina sin ir más lejos pasó eso en la última dictadura militar. Tenías en la pantalla a las películas estúpidas y color de rosa de Carreras, Rinaldi y Ortega mientras en la calle corría la sangre. Y si ves las películas más representativas de la propaganda nazi como Olympia o como El Triunfo de la Voluntad (ambas de Leni Riefenstahl) vas a ver que lo que se promociona ahí es la armonía de los cuerpos.
Ahora, lo que decís de los Bastardos de la Renania es interesante. ¿Lo tomó Tarantino para poner de título «Bastardos sin Gloria»?
En realidad ese título viene de una película italiana de Enzo Castellari para mí una película simpática y para QT una obra maestra mayor. De todas maneras yo no creo que QT desconozca este movimiento de la Renania, por lo menos Inglourious Basterds muestra mucho conocimiento de la época nazi. Con el detalle de poner un crítico de cine heroico y todo. Eso lo hace Tarantino porque en la época nazi se había prohibido la crítica de cine. De hecho, lo dice el personaje de Goebbels en una escena eliminada de la película.
¿En serio se prohibió la crítica de cine durante la época nazi?
Si, se decía que era un siniestra invención judía que ponía el gusto personal por sobre lo que los nazis llamaban “la verdad del pueblo”. Lo del crítico de cine heroico tiene que ver un poco con eso, un guiño a la época si se quiere. También es un guiño a la época muy claro lo del cuadro feo que están pintando de Hitler. Que ese retrato sea de un mal gusto increíble también habla de la época. Los cuadros que glorificaban a Hitler en general eran bastante horribles. No solo por lo ideológico; estéticamente eran muy feos. Una vez vi una suerte de estampitas que se le repartía a la población alemana con Hitler vestido como herrero que era espantosamente fea.
Antes de empezar la entrevista habías dicho que Inglourious Basterds era la peor pesadilla para Hitler. ¿Por qué decías esto?
Porque la película explota de una manera muy consciente cual fue el legado nazi para el imaginario colectivo, cual fue su sello en la historia del siglo XX o en la de la humanidad toda, y te muestra que fue el peor posible. Esto es impotantísimo porque una de las misiones más importantes de Hitler era construir una Alemania nazi que fuera recordada con el correr de los siglos con el respeto con que se mira la civilización romana o la griega. Esto lo explica muy Eric Michaud en un libro excelente que se llama La estética nazi. En Inglourious Basterds, sin embargo, se muestra a las claras que el legado nazi ha sido tan aberrante que uno siempre los ve como villanos a vencer, no importa quien esté del otro lado y no importa tampoco quien vista el uniforme nazi. Fijate lo siguiente: dividí la película entre los personajes nazis y los que los combaten. Del lado de los nazis tenés gente que está dispuesta a morir a batazos con tal de no delatar a sus compañeros, un pibe que dice que después de la guerra va a quemar el uniforme y se va a reunir con su mamá, un padre primerizo que no quiere seguir matando a nadie y accede a tirar un arma, todo para ser después asesinado a traición. También está este chico Frederik Zoller, que igual tiene actitudes un tanto ambiguas, pero que lo ves genuinamente con culpa cuando se ve a sí mismo en la pantalla matando personas como francotirador. Por otro lado, de los que combaten a los nazis, el único, digamos, potable, es el crítico de cine inglés. Los demás son los bastardos, que son gente llena de odio. Su jefe Aldo Rey además es un psicópata que asegura que los nazis no tienen humanidad cuando la película claramente te muestra que hay nazis con sentido del honor y demás. En medio de esto hay una actriz alemana que funciona como espía y que termina matando a este padre primerizo. Y esta chica Shoshana Dreyfuss que está tan enceguecida con su venganza que no solo no se venga del tipo que mató a su familia (Hans Landa) sino que en medio de la locura lo termina ayudando a construir su poder. O sea, en la película los que combaten a los nazis suelen ser más viles que los propios nazis, pero vos te ponés del lado de los que pelean contra el ejército alemán porque sabés lo que el nacionalsocialismo, con toda su filosofía aberrante y ese horror que fue el holocausto, representa para el siglo XX. Pensá en la famosa escena en la que se ve a los bastardos sin gloria sacando las cabelleras de los nazis y torturando física y psicológicamente a los soldados. Son gente que se alegra de que un nazi esté siendo reventando a batazos. Si estos bastardos estuviesen haciéndole eso, no sé, a soldados del ejército francés, nunca pensarías a los bastardos o a Aldo Rey como “los buenos”. Lisa y llanamente verías una película sumamente oscura y regodeada en la maldad en donde un conjunto de locos o de enfermos de venganza le gana a muchos soldados honorables.
Entonces para vos la película concibe a los Bastardos sin Gloria como un mal necesario.
No se si “mal necesario” es el término indicado, porque no es que la película te dice que para eliminar a los nazis había que ser un psicópata como Aldo Rey, simplemente te presenta a unos personajes dementes y/o llenos de odio, que como están combatiendo algo históricamente tan oscuro hacen que te pongas de su lado. El caso claro es Aldo Rey. El tipo es lisa y llanamente un demente mayor, sin embargo no te molesta ese rasgo de su personalidad porque está combatiendo un símbolo tan aberrante para el siglo XX, que ha quedado históricamente como algo tan siniestro, que estás dispuesto a todo para verlo destruido. Es más, fijate que al final el mayor responsable de la ucronía final de matar a Hitler no es otro que Hans Landa, un tipo aberrante, el personaje de menos códigos de la película, el psicópata y cínico que al principio del film mató a toda esa familia judía y que se fue acomodando a su conveniencia según como pasaba el tiempo. Ese personaje es el que nos termina “regalando” la ucronía de matar a Hitler. Y uno primeramente acepta esto por lo que significó Hitler para la historia. Por eso también es importante que el plano final de la película sea una subjetiva de Hans Landa. Landa es un pragmático que es capaz de hacer cualquier cosa para llegar a su objetivo, incluyendo sacrificar cualquier principio moral. En alguna medida uno termina asumiendo en Inglourious Basterds la mirada de Landa, la de alguien que con tal de lograr un objetivo que le parecía conveniente estaría dispuesto a aceptar que sus héroes sean un grupo de “bastardos” comandados por un sádico como Aldo Rey, una mujer cegada de venganza como Shoshana y un cretino de primera categoría como Landa. En cierta medida lo que hace QT es más extremo que lo que hace Hitchcock en Psicosis. Porque Hitchcock en esa película te hace sentir simpatía por un personaje oscuro como Norman de manera prácticamente instintiva, pero en Inglourious Basterds Tarantino te pone del lado de personajes sumamente oscuros y se basa en tu saber histórico para darte una filosofía al respecto. O sea, te hace aceptar estar del lado de gente sádica, por la cuestión práctica de eliminar de manera urgente una cultura aberrante. Por eso digo también que Inglourious Basterds te pone en una situación maquiavélica, en el sentido de lo que realmente significa eso. O sea, te hace renunciar a cuestiones morales con tal de llegar a un objetivo que vos considerás demasiado importante de resolver. Digamos, vos como espectador querés ver a los nazis vencidos, y lo que tenés a mano en ese momento es a tipos como Aldo Rey, Shoshana o Landa, y lamenteblemente algunos soldados con uniforme nazis que tenés que vencer son tipos con códigos, o padres primerizos que en realidad les tocó ese contexto en gracia. Pero bueno, vos como espectador caes en el juego.
Ahora, ¿no hay una manipulación moral muy cuestionable por parte de Tarantino al espectador?
Manipulación moral, sin dudas, cuestionable no sé en que sentido lo decís. QT te manipula moralmente, te hace ir al límite con su representación y ver hasta donde estás dispuesto a entregar o, digamos, a “estirar” tu moral con tal de acceder a esa ucronía de matar a Hitler antes de tiempo y vencer a los nazis, pero lo hace dentro de los límites de una obra de arte que no juzga si eso es bueno o malo. Más bien la posición es ambigua, o sea, aceptaste la posibilidad de que los nazis sean vencidos antes de tiempo en una ficción, pero lo hiciste dejando que el mayor cretino de toda la película como Hans Landa fuera el que te posibilite la ucronía. QT no juzga al espectador, simplemente le presenta esa situación, cada uno sabrá si eso le parece más o menos oscuro, más o menos acertado. Es, volviendo al tema, lo que decía Hitchcock de Psicosis, el tipo te ponía del lado de un asesino, y AH lo único que sabía decir al respecto es “es curioso como funciona la moral del espectador en el cine”. Con Inglourious Basterds pasa lo mismo, la cosa es simplemente pensar todo lo que uno es capaz de sacrificar moralmente en una ficción con tal de llegar al objetivo de vencer a los nazis, cada uno sabrá si ese sacrificio vale la pena o no, y cuánto habla esto de la flexibilidad moral de uno o no.
Igual, digo, si hay algo que queda claro de Inglourious Basterds es que es una película que tiene mucha conciencia histórica. O sea, te podrá gustar o no lo que hace con la historia, pero esta claro que Tarantino la conoce y sabe usarla.
Sí, claro, más allá de los personajes caricaturescos e irreales de la película, hay mucho rigor histórico en el film, mucho conocimiento de la cultura nazi y de sus filosofías estéticas, también un aprovechamiento muy inteligente del nazismo como legado para jugar con la moral del espectador. Para eso necesitás mucho conocimiento histórico. Y de hecho si hay una prueba clara de lo en serio que se toma Tarantino la cuestión histórica del nazismo y su contexto es la cuestión del idioma. Inglourious Basterds es la única película sobre la época nazi que habla de la cuestión idiomática, de que la Segunda Guerra Mundial fue después de todo la última guerra en donde un conjunto importante de gente blanca se enfrentaba a otro conjunto importante de gente blanca, y que muchas veces para que un alemán tuviera que hacerse pasar por un inglés o viceversa tenías que saber bien el idioma. En la Segunda Guerra muchos espías eran descubiertos por, por ejemplo, pronunciar mal un acento, o por una palabra que decías mal.
Es lo que le pasaba al crítico inglés en la escena de la caverna, que empiezan a sospechar de él por un acento raro.
Claro, es que uno de los aspectos más interesantes e innovadores de la película pasa por ese interés de Tarantino en preguntarse por ese rasgo idiomático de la Segunda Guerra Mundial, por ese tiempo en que saber manejar a la perfección idiomas tenía que ver con la capacidad de una persona de infiltrarse y de sacar información. El idioma, si se quiere, era una forma de arma. Fijate que ya al principio el personaje de Hans Landa utiliza el idioma inglés para poder distraer a los judíos que viven en la casa del francés y poder asesinarlos.
Además en Inglourious Basterds hay todo un trabajo estético sobre el idioma.
Seguro, es una especie de oda a los acentos, sean estos el francés, el alemán, el italiano o el inglés. Hay un trabajo sobre el tema de la musicalidad idiomática que es de un virtuosismo increíble. Realmente Inglourious Basterds demuestra que quizás Tarantino sea el director que más preocupado haya estado nunca sobre la belleza del lenguaje. Realmente no encuentro otro realizador históricamente que se haya ocupado tanto de eso. Godard a veces podía interesarse en la belleza de los acentos extranjeros hablando francés, o en determinados juegos de palabras, pero esta claro que QT lleva esta cuestión de la musicalidad de los idiomas a extremos que al menos yo nunca vi. Inglourious Basterds es el ejemplo más acabado de esto.
Además, digo, vos hablabas del tema de los idiomas y me acuerdo de esa escena de la película en la que ese militar alemán le permite al inglés morir hablando su idioma nativo. Es como que el idioma termina siendo también utilizado como una toma de posición respecto de tu identidad.
Sí, hay gestos increíbles que tienen que ver con el idioma y que hablan de ciertos personajes. El hecho de que Aldo Rey sólo sepa hablar un idioma habla de su esencial brutalidad, por ejemplo. Pero hay una decisión en la utilización del idioma que para mí es de una sutileza extraordinaria. Se trata del hecho de que Shoshana elija anunciarles la muerte a los nazis en inglés. El hecho de que Shoshana elija el idioma inglés para comunicarles a los nazis de su venganza habla en primer lugar de una cuestión simbólica: ella les dice a los nazis que se van a morir con el mismo idioma que Landa utilizó para engañar a su familia y asesinarla. Pero además te muestra que en cuatro años Shoshana se esforzó por aprender el idioma por el que cayó la gente que quería y que hizo que ella quedara huérfana. Eso habla mucho del carácter del personaje y también de su espíritu de venganza. Aprender un idioma entero solamente para vengarte de la manera más indicada, que más te haga recordar lo que hicieron con vos.
Además, hay algo de interesante en que Shoshana utilice al cine para matar a Hitler y a los nazis, ¿no?
Shoshana usa una sala de cine y su colección de películas, algo que, siendo que ella cinéfila, es de una importancia capital que habla de lo importante que es para Shoshana su propia venganza. Algo que Tarantino, que es cinéfilo y coleccionista, debe saber bien. Si vos estás dispuesto a quemar toda tu colección de películas (colección que muchas veces define una parte de tu persona, que tardaste años de dedicación y esfuerzo) por un fin determinado, es porque ese fin es extremadamente importante. Lo interesante de Shoshana es que a través del cine ve también al final de su existencia el valor de la vida humana. Esto pasa cuando después de dispararle a Zoller lo ve reflejado al pibe en la pantalla de cine y tiene por primera y última vez un sentimiento de culpa por haber matado a alguien. Si te fijás es algo similar a lo que le pasa al propio Frederik Zoller con la gente que mató como francotirador. El pibe se la pasaba diciendo orgulloso como había matado decenas de personas desde una torre, pero cuando se ve a sí mismo como actor reproduciendo esos actos siente culpa por lo que hizo. Como si el cine de pronto les sirviera a estos personajes para tomar mejor conciencia de sus actos y ver las cosas desde otro lugar, como si a veces las cosas se vieran más claras cuando las ves en una pantalla que cuando las tenés en frente. Un poco lo que le pasa a Scottie Ferguson en La Ventana Indiscreta, que no se da cuenta lo hermosa que es Grace Kelly hasta que no la ve del otro lado del edificio y la contempla como un espectador de cine a una estrella. Lo que le pasa a Ferguson con Kelly, a Shoshana con el Zoller de la pantalla o a Zoller viéndose a sí mismo disparando gente. Pienso que hay algo de sueño cinéfilo optimista en eso, la idea que el cine pueda revelarnos verdades que seríamos incapaces de percibir en nuestra vida diaria.
¿Vos tuviste una revelación así?
Por ahora no, pero tengo esperanza, soy joven.
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