Como un rizoma. Así es como nos propusimos crecer en Ártica desde un comienzo, y así es como hoy estamos creciendo.
Después de meses de trabajo intenso, le hemos dado vida propia al proyecto Aprender a ver cine, organizado en conjunto con Hernán Schell.
La historia
El período de incubación de Aprender a ver cine comenzó a mediados de 2011, cuando en una charla con Hernán, vimos que se le iluminaban los ojos ante la idea de hacer lo que él siempre hacía, ejercer la docencia y la crítica de cine, pero de un modo abierto y para un público global en Internet. Nosotros sabíamos que iba a ser un éxito, porque lo conocíamos desde hacía tiempo y admirábamos su trabajo. Probablemente no haya docente que combine en grado tan alto la erudición con la capacidad de transmitir a sus alumnos la pasión por lo que le gusta.
Desde el comienzo la sinergia con Hernán fue evidente, él enfocándose de lleno en la docencia y la crítica, y nosotros abocados al diseño de contextos didácticos online, la creación de una comunidad cinéfila, y asesorando a Hernán sobre herramientas 2.0 y cultura digital.
La sociedad dio sus frutos y de ambos lados aprendimos muchísimo. Juntos hicimos cuatro ediciones del curso Análisis de Films (que en marzo tendrá su quinta edición), dos cursos abiertos y masivos (uno sobre el cine del Siglo XXI y otro sobre Quentin Tarantino), además de cursos sobre David Lynch y cine de terror. Luego junto con Hernán comenzó a trabajar Marina Yuszczuk, quien realizó talleres de crítica de cine y de literatura.
De a poco maduró la idea de dar un salto hacia adelante, de darle alas propias a Aprender a ver cine, para así poder realizar más actividades específicas y además potenciar el perfil y el trabajo de Hernán.
Así es como a Ártica le ha salido su primer brote, un nuevo proyecto flamante y fértil. Crecer como rizoma implica formar nuevos proyectos que alcancen vida propia, que no estén subordinados a la empresa que los originó, sino que tengan su propia lógica y su propio desarrollo independiente. La relación no es jerárquica; es, por el contrario, horizontal y en red. La apuesta es a transferir conocimientos a quienes llevan adelante el proyecto, y de allí en más unirnos en una relación no de proyecto padre a proyecto hijo, sino de proyectos hermanos que colaboran y se potencian entre sí.
Lo que se viene
Aprender a ver cine cuenta desde esta semana con su propio sitio web, creado por nosotros mismos utilizando WordPress. Hasta ahora, el contacto de Hernán con la comunidad cinéfila se daba a través de una página de Facebook, pero con el nuevo sitio, el proyecto ganará una presencia web genuina: se compartirán periódicamente críticas y videos de Hernán, además de brindar una oferta amplia de formación online sobre lenguaje cinematográfico, crítica, directores, géneros y movimientos, entre otros temas.
Quizás la noticia que más felices haga a los cinéfilos es que, aprovechando la creación de Aprender a ver cine, decidimos lanzar un curso de cine más abierto y más masivo que nunca. “Kubrick” es el título del curso, y creemos que lo dice todo. El curso comenzará el 22 de febrero y la inscripción ya está abierta. Pueden pasar a anotarse.
Pero esa no es la única sorpresa. También hemos puesto a disposición de todos un adelanto del futuro libro de Hernán, “Quentin Tarantino: cine de reescritura”, el cual va a estar disponible completo dentro de unas pocas semanas. Los invitamos a suscribirse al newsletter de Aprender a ver cine para enterarse cuando el libro esté disponible.
Además, durante las próximas semanas Aprender a ver cine irá ampliando la oferta de cursos y talleres online, que incluirá temas para todos los gustos.
Como un rizoma. Esa es la forma en que creemos que deben crecer los proyectos culturales. Ese es el camino que estamos forjando con Aprender a ver cine.
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