La semana pasada Google anunció el futuro cierre de Google Reader, el 1 de julio de este año. Para quienes no lo conocen, Google Reader es el servicio más utilizado para la lectura de fuentes RSS. En pocas palabras, el RSS (Really Simple Syndication) es un formato de sindicación web de contenidos. Una buena definición de sindicación web es que «es una forma de suscripción en la cual parte del material de un sitio web se hace disponible en otros sitios web o en un lector especial. El sitio web o lector receptor recibe un resumen (web feeds) de las últimas informaciones del sitio emisor. Esta facilidad permite a usuarios de Internet consumir en un solo sitio y de manera resumida solamente el contenido de su interés de todos los sitios web que visite» (Wikipedia).
Si bien existe una gran cantidad de herramientas para leer fuentes RSS, la popularidad de Google Reader se debió a estar integrado a la suite de productos de Google y a su interfaz sencilla. La noticia del cierre del servicio cayó como una bomba entre la enorme cantidad de personas que lo utilizan a diario. Para algunos se trata de una herramienta irremplazable, aunque ya veremos que no es así.
Las ventajas del RSS
Hace un tiempo escribimos en Ártica un post en el que hablamos sobre las ventajas de la sindicación web para quienes estamos en el ámbito del arte y la cultura. Comparamos el RSS con una revista personalizada en la que cada uno es su propio editor. Hablamos de la posibilidad de tener en un solo lugar todos los blogs que nos gustan. Dijimos que es una herramienta indispensable para el aprendizaje, la investigación y la gestión de la información. También, en otro post, destacamos su enorme utilidad para la curación de contenidos culturales. De hecho, en nuestro próximo curso online sobre curación de contenidos veremos en detalle cómo sacarle el máximo jugo al RSS.
En suma, la sindicación es quizás la manera más ágil y al mismo tiempo sistemática de leer información web. A diferencia de Facebook y Twitter, con un lector RSS es posible organizar la información de la web a nuestro modo y sin limitaciones artificiales, sin perder por ello la instantaneidad en las actualizaciones. Por esta razón es tan recomendable para quienes necesitan estar al día en un área de estudio o de trabajo, como es el caso de los profesionales del arte y la cultura.
Alternativas a Google Reader
Ahora que Google Reader no existirá más, se plantea para muchos la necesidad de encontrar alternativas. Se han escrito numerosos posts sobre este tema, entre los que destacamos este repaso de opciones y esta lista de herramientas. Entre las muchas alternativas a tener en cuenta se encuentra feedly, que se comporta como una extensión del navegador y una app móvil. También tenemos servicios web como The Old Reader y Netvibes. Por otra parte, hay lectores de RSS que son software de escritorio. Y por último, si contamos con un servidor o un hosting contratado, podemos instalar un lector de RSS en el servidor, para usarlo como un servicio web pero conservando un control total sobre el software (¡nadie podrá cerrarnos el servicio!). No queremos olvidarnos de Lupus, el proyecto del Grupo Cooperativo de Las Indias que apunta a articular redes sociales distribuidas en torno a los blogs y otras fuentes web.
En definitiva, más allá de las políticas empresariales reprochables de Google, lo importante es que con Google Reader no muere la sindicación web. Por el contrario, el anuncio ha traído un renovado interés por esta forma de administrar la información y está alentando a muchos desarrolladores a crear nuevas herramientas o a mejorar las que ya existen. Por eso, a no desesperar: la sindicación de contenidos sobrevivirá mientras la lectura sistemática y reflexiva en la web siga siendo una costumbre de muchos.
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