Un proyecto artístico o cultural puede ser maravilloso, innovador, disruptivo, transgresor. Pero esas palabras suenan vacías si no se expresan en el hacer cotidiano del proyecto. La presencia online puede servir para dar cuenta de ese día a día, pero no se trata solamente de publicar noticias, sino de generar una narrativa, transmitiendo un poco de la esencia del proyecto en cada una de las actividades de comunicación. Justamente, una de las misiones de un community manager es lograr que en cada acción comunicativa se perciba esa «esencia». Por algo las instituciones culturales están en las redes sociales. No debería ser un canal para repetir su misión, visión y valores a cada rato, aburriendo a los usuarios.
De hecho, un proyecto puede ser super interesante y no lograr ser del todo comprendido, por más que su descripción y sus objetivos estén muy detallados. Si cada vez que quiero contar algo sobre ese genial proyecto para explicarle a otros de qué se trata tengo que ir a repasar la sección «quiénes somos» de su web, es porque no hay ningún elemento que me genere una rápida identificación. Olvido su «esencia», salvo por algunos elementos sueltos. Falta esa construcción diaria que se logra en cada post, en cada tweet, en cada conversación, donde se hace palpable la identidad de la propuesta.
¿Por qué es importante todo esto? Porque contribuimos a que los usuarios también participen de esa identidad y la hagan propia. Los usuarios que te siguen no son simples espectadores, son personas que se sentirán más unidas a tu proyecto si tu proyecto les da un pretexto para sentirse unidas entre sí por una identidad compartida.
Un ejemplo por parte de uno de los blogs de arte más influyentes en idioma español: El Dado del Arte. En una serie de posts Pilar DM va contando su reciente recorrido por los principales museos y centros de arte de París. Estos posts se agrupan en la serie #6DIASENPARIS que va saliendo periódicamente. Lo interesante para los que seguimos la serie es que Pilar no se limita a hablar desde un enfoque de experta, sino que comparte con nosotros sus vivencias. Las vivencias que podría tener cualquier visitante en un museo de París, haciéndonos accesible y ameno el recorrido. El secreto está en que, dado que sí es una experta, tiene la capacidad de transmitir conocimientos y puntos de vista que la mayoría no podríamos articular de la misma manera. Entonces, nos conectamos con su experiencia y aprendemos con ella. Un blog se trata en gran medida de compartir vivencias y conocimientos unidos en una narrativa.
Por ese motivo es que en Ártica elegimos tener un blog y no un sitio web institucional clásico. Hace poco renovamos el diseño y al hacerlo nos ocupamos de seguir utilizando una estructura de blog, para continuar priorizando nuestros posts. Es a partir de ellos que construimos una identidad y es con ellos que formamos parte de una red de cultura en Latinoamérica y España a la que ingresamos sin permiso previo y en la que nos instalamos con paciencia, intentando aportar nuestras propias contribuciones de contenido y relaciones. Porque un blog nos facilita posicionarnos como proyecto cultural. Como dice José Alcántara:
Se trata del desarrollo de una actividad para posicionar tu blog como un igual de esos blogs que constituyen la red en la que queremos instalarnos, en la que queremos que otros nos perciban. Destacar que se trata de un posicionamiento discursivo, relacional.
En conclusión: de nada nos servirá una impactante presentación institucional si esa presentación va a ser olvidada a los pocos minutos. Tenemos que invertir tiempo y esfuerzo en narrarnos y darle una historia a nuestro proyecto. Empecemos por contarnos a nosotros mismos, no esperemos que otros lo hagan por nosotros. Es esa la mejor manera de ir cultivando comunidad.
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