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Desde hace algún tiempo venimos conversando en el equipo docente de Ártica sobre la manera en la que trabajamos con los contenidos digitales en el área de la cultura. A lo largo de varias ediciones de nuestros cursos online fuimos viendo continuas transformaciones en este campo. A medida que más y más herramientas que facilitaban la publicación de contenidos iban apareciendo (y desapareciendo), veíamos cómo los profesionales de la cultura encontraban nuevos canales de expresión. Sin embargo, también veíamos cómo se diversificaba y complejizaba el panorama, sumando exigencias y desafíos a cualquier proyecto cultural que pretenda sobrevivir, permanecer y crecer en el ecosistema digital.
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Hay ideas que no por viejas son menos útiles, y justamente por eso vuelven a aparecer de maneras renovadas a lo largo de los años. Hoy vamos a hablar de los blogrolls, esas listas o colecciones de links que fueron tan comunes en la década pasada y que en la actualidad siguen teniendo mucho potencial para la curaduría de contenidos, la creación de comunidad y la simple lectura por placer.
Un blogroll, en su versión más simple, es una mera lista estática de enlaces que se puede colocar en un blog (habitualmente en la barra lateral) y que dirige a otros blogs relacionados ya sea por tema, por estética, por amistad, o por cualquier otro criterio. Sin embargo, los blogrolls más interesantes consisten en una lista de enlaces dinámica, mostrando en orden cronológico inverso los posts más recientes de los blogs a los cuales estamos suscriptos. Así, los blogrolls conjugan la sindicación de contenidos (su redifusión en un sitio externo) con la agregación de los mismos a partir de un conjunto de fuentes. Nada muy distinto de lo que hoy ofrecen plataformas como Facebook y Twitter, con la diferencia de que los blogrolls se basan en estándares abiertos, mientras que estas empresas suelen ofrecer las funcionalidades únicamente dentro de sus redes cerradas.
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A pesar de que América Latina está pasando un momento adverso para la cultura y el activismo, consecuencia del retorno a varios países de una derecha neoliberal que desmantela las políticas culturales y desincentiva (cuando no reprime) el activismo, desde la sociedad civil organizada se siguen generando y manteniendo vivos los espacios de reflexión sobre Internet, derechos culturales y sociales.
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Hace unos días fuimos hasta Paraty, estado de Río de Janeiro, Brasil, junto a los amigos de Collagistas Sin Fronteras, un grupo internacional de artistas visuales que nos reunimos en torno a la técnica del collage para desarrollar una obra en conjunto e investigar la teoría y práctica de esta disciplina. Integramos este colectivo: Marcia Albuquerque y Mauricio Planel (Brasil), Paz Brarda, Carolina Chocron y Federico Hurtado (Argentina), Yamandú Cuevas y Mariana Fossatti (Uruguay).
En la Casa da Cultura de Paraty, Collagistas Sin Fronteras presentó el 11 de noviembre la exposición llamada “El otro”, donde los artistas del colectivo buscamos hablar sobre las fronteras, los encuentros y desencuentros, la vecindad y la diferencia, usando el lenguaje del collage en un sentido amplio que incluye también el collage digital y la instalación.
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En Ártica proponemos una nueva modalidad de cursos online, donde la enseñanza es personalizada y cada estudiante puede comenzar cuando desea. Se trata de una oferta variada de cursos online para gestores culturales, artistas y personas involucradas en la cultura, haciendo foco en las herramientas y estrategias digitales de acción. Cursos cortos, orientados a la práctica, con docentes dispuestos a trabajar en el apoyo de los procesos personales de cada participante. Los cursos online a los que te puedes inscribir son los siguientes:
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