
La transformación del mercado musical a partir de la llegada de Internet es uno de los temas más debatidos y gastados de los últimos veinte años.
Muy frecuentemente este debate adoptó y sigue adoptando un tono catastrofista, el cual desde un comienzo fue impulsado por la industria discográfica trasnacional para justificar un modelo de negocio que requería la censura y el control de Internet para seguir funcionando. Más allá de que los estudios académicos serios demostraron que los datos de la industria musical son manipulados para responder a los intereses de sus principales empresas, no obstante es común ver que el discurso propagandístico construido a lo largo del tiempo se cuela muchas veces en analistas culturales, periodistas, artistas y tomadores de decisiones.
Hace unos días, el periodista Marcelo Pereira publicó en la diaria un artículo titulado “Lo barato sale caro”, donde, a partir de datos de Nielsen sobre el descenso de ingresos por descargas pagas de música en iTunes y Amazon, llega a la conclusión de que “puede ser muy agradable escuchar grandes cantidades de música gratis, pero es inevitable que la extensión de esa costumbre tenga consecuencias no tan agradables en el terreno de la producción de música, incluyendo el riesgo de que la ausencia del precio traiga consigo la pérdida de valor.” (más…)