No es un secreto para nadie que el mundo de la música en Internet es vasto y que las descargas y el streaming son la forma en que la gran mayoría de los aficionados escucha música en la actualidad, independientemente de si estos aficionados son compradores de discos. Pero la red no es solamente un lugar para escuchar, sino también para compartir gustos, descubrir cosas nuevas y hacer recomendaciones a otros. Estos aspectos sociales del disfrute de la música se vuelven cada vez más importantes para la promoción musical. Además, la compartición de música en la red también ofrece oportunidades para recompensar a los músicos, aunque de forma diferente respecto de la que dominó la industria musical hasta finales del siglo pasado. En este post listamos una serie de proyectos que le han buscado la vuelta a la vinculación entre músicos y usuarios de música, generando comunidades de apoyo a la música.
No se trata de las plataformas más usadas. En este post no vamos a exponer los casos de los grandes jugadores, como Spotify o YouTube, sino respuestas de tipo más diverso y escala más pequeña. (más…)
Hoy miércoles 16 de julio participamos desde Ártica en el curso online abierto «ABC del derecho de autor para bibliotecarios de América Latina», coordinando una webconferencia abierta que tuvo lugar en Internet Activa. En la webconferencia hicimos una introducción a las licencias Creative Commons para su uso y aprovechamiento por parte de los bibliotecarios. También hablamos sobre acceso abierto y recursos educativos abiertos, conceptos muy importantes hoy en día para los bibliotecarios de la región. Participaron también en la charla las amigas de CC Colombia. Los invitamos a ver la webconferencia en el video que abre el post o en Internet Activa.
Durante nuestra visita a Quito de fines de mayo, la ANEPI (Agencia de Noticias Especializada en Propiedad Intelectual) nos entrevistó en el marco de nuestra participación en la mesa de políticas públicas sobre cultura libre, en el proyecto FLOK. Reproducimos la entrevista publicada originalmente acá. También se puede acceder a un resumen en audio.
¿Qué es Ártica 2.0?
Ártica es un centro cultural online. La idea la desarrollamos a fines del año 2010 con mi compañera Mariana Fossati, en Uruguay. La idea era llevar a Internet lo que es un centro cultural, donde se realizan actividades culturales de distinto tipo, y pensarlo desde las lógicas de internet. En ese sentido, nosotros trabajamos mucho en la relación entre arte, cultura y nuevas tecnologías. Sobre todo lo que tiene que ver con cultura digital y cómo se da el intercambio cultural en internet.
¿Cómo está conceptualizada la cultura sostenible para Ártica?
La cultura sostenible no es nueva, es un concepto que ya existía, existieron expresiones de cultura sostenible desde las culturas tradicionales hasta en el siglo XX, con mucho de lo que se trabajó en centros culturales y cultura en el territorio. Pero nosotros quisimos enfocarlo en el sentido de cómo podemos generar modelos sostenibles de cultura con el uso de las nuevas tecnologías y en el marco de la cultura en Internet.
Para bibliotecarios y en general para toda persona que trabaja con material bibliográfico y que lo comparte de uno u otro modo, es importante conocer el marco de los derechos de autor para entender en cuánto limita y en cuánto permite realizar la función bibliotecaria. Especialmente hoy, cuando vivimos en una época caracterizada por la contradicción entre la creciente capacidad de socializar el conocimiento y las restricciones de la mal llamada «propiedad intelectual». Para ayudar a los bibliotecarios en sus dudas frente a esta contradicción, que a veces genera un conflicto directo con su función social, es que les presentamos el curso online gratuito y abierto «ABC del derecho de autor para bibliotecarios de América Latina» y el e-book que lo complementa. Hemos trabajado en esta iniciativa conjunta: los capítulos de Creative Commons de Colombia, El Salvador y Uruguay, junto a Fundación Karisma de Colombia a través del proyecto Internet Activa y otras instituciones que han colaborado de uno u otro modo. (más…)
Del 27 al 30 de mayo estuvimos en Quito, Ecuador, participando en la Cumbre del Buen Conocer. A instancias del proyecto FLOK Society del gobierno de Ecuador, la consigna para los más de 100 invitados de todo el mundo fue pensar cómo sería una sociedad del conocimiento libre, común y abierto. Para ello, hubo conferencias de referentes en distintos ámbitos y 14 mesas de trabajo donde se trabajaron definiciones y propuestas de políticas públicas en las áreas de cultura libre, recursos educativos abiertos, ciencia abierta, software libre, agricultura abierta y sustentable, biodiversidad, energía distribuida, diseño abierto para la fabricación industrial, hardware libre, ciberseguridad, comunes urbanos, conectividad, datos y gobierno abierto, saberes ancestrales, y el marco normativo para una economía social del conocimiento.
Nosotros, como Ártica, estuvimos participando junto con otras 15 personas super interesantes en la mesa de Cultura Libre, la cual contó con los insumos iniciales de Daniel Araya, Carolina Botero y Ricardo Restrepo.
Sin intentar ser exhaustivos, compartimos algunas ideas y propuestas interesantes que hubo sobre la mesa y con las cuales estamos en sintonía. Cabe aclarar que la mesa incluyó miradas diversas, no siempre coincidentes (al fin y al cabo, ¿qué es la cultura libre? :D), y que el documento resultante de la mesa estará listo en las próximas semanas.
En primer lugar, en la mesa definimos una concepción amplia de la cultura, que incluye el conjunto de intercambios simbólicos de las diversas comunidades. Nuestra visión de la cultura libre comprende necesariamente:
– Una crítica profunda de la propiedad intelectual.
– El reconocimiento y apoyo a las manifestaciones culturales invisibilizadas por los modelos de producción y distribución de las «industrias creativas».
– El derecho de todas las personas a crear, compartir, recrear y disfrutar las obras y manifestaciones culturales.
En tal sentido, las propuestas de políticas públicas giraron en torno a dos ejes fundamentales:
1) El eje del acceso y disfrute de las obras culturales
– En este eje, acordamos el principio fundamental de que las obras intelectuales financiadas con fondos públicos deben ser de libre acceso para toda la sociedad. En particular, mencionamos que un primer paso muy fácil de concretar para cualquier Estado es que los materiales educativos, técnicos, científicos y académicos financiados con fondos públicos, deben ser de acceso y uso libre. Del mismo modo, las obras culturales y artísticas ganadoras de fondos y concursos, o financiadas por el Estado a través de otros mecanismos, deben ser libres. Algunas excepciones, como las producciones cinematográficas, las cuales en ocasiones requieren inversiones altas y son financiadas solo parcialmente por el Estado, podrían entrar en un régimen especial por el cual, cumplido el ciclo de comercialización habitual en el sector (3 a 5 años), los productores podrían elegir entre devolver los fondos al Estado, o liberar la obra con una licencia copyleft. Esta idea está inspirada en algunas reflexiones y propuestas del investigador Joe Karaganis.
– Otro de los aspectos fundamentales para el acceso al patrimonio cultural es el rescate y puesta en circulación del dominio público y, más en particular, de los acervos de museos, archivos, bibliotecas. Para ello, es necesario un plan exhaustivo que permita entrar en cada institución, desempolvar todo aquello que hoy duerme en sus estantes y depósitos, y ponerlo a disposición de la gente en formatos libres. La digitalización de los acervos es indispensable para cumplir este objetivo. La digitalización debe realizarse con hardware y software libres, los cuales son indispensables para la preservación de las obras y para la autonomía de las instituciones.
2) El eje del apoyo a la expresión cultural y a los trabajadores culturales desde la perspectiva de la cultura libre
En este eje discutimos una variedad de políticas que pueden servir para solucionar algunas dificultades de las personas y colectivos para su inserción en el ecosistema cultural. Entre otras cosas, hablamos de:
– La provisión de infraestructura tecnológica para apoyar a artistas y gestores culturales en la producción cultural, con la contraparte de que las obras producidas retornen a la comunidad con licencias libres.
– La recuperación de espacios urbanos en los cuales los ciudadanos desarrollen proyectos culturales orientados a dar soluciones a problemas de la comunidad (medialabs, hacklabs, etc).
– Los “concursos” de necesidades culturales, que invertirían la lógica tradicional de los fondos culturales, en los cuales los artistas y gestores proponen proyectos. En este caso, la comunidad expresaría qué es lo que necesita, y luego se llamaría a los actores culturales apropiados para solucionar ese problema.
– Las «maternidades» de proyectos culturales, donde se incubarían y se apoyarían en sus primeros pasos (a través de subsidios y de capacitación) procesos de investigación y de creación cultural sostenibles.
– Las plataformas para la promoción y distribución de obras con licencias libres, que permitirían visibilizar a los artistas que optan por modelos sostenibles de producción cultural, y a los cuales la industria y las sociedades de gestión de derechos de autor discriminan.
– El microfinanciamiento y la colaboración comunitaria. A partir de un proyecto modelo como Goteo, pensamos en mecanismos por los cuales las personas propongan sus ideas a la comunidad y reciban apoyo económico y humano para concretarlas, a cambio de que los procesos y resultados queden libres para toda la sociedad. El Estado podría jugar aquí un rol clave, apoyando los proyectos que obtienen el aval de la comunidad.
Y como soñar no cuesta nada, en la mesa de Cultura Libre pensamos también en políticas más ambiciosas y tal vez un poco más difíciles de diseñar y de implementar a corto plazo, pero que deben comenzar a ser debatidas en la opinión pública. Entre ellas, la propuesta de financiamiento cultural para el derecho a producir cultura, y el bono para la libertad artística. Ambas propuestas buscan acercarse, de uno u otro modo, a políticas universales que garantizan el derecho a participar en la vida cultural, al tiempo que aseguran la libertad de los usuarios para acceder y disfrutar del arte y la cultura. Por supuesto, tales propuestas merecen ser debatidas incorporando la opinión de la diversidad de actores culturales, y, sobre todo, de los usuarios de cultura, para así encontrar las soluciones óptimas que garanticen una cultura libre.
Aunque, por cierto, todas estas propuestas no tendrán una eficacia plena si no contamos además con una reforma radical de las leyes de propiedad intelectual. En tal sentido, Ecuador es una referencia obligada, dado que en estos momentos se está debatiendo un proyecto de ley para derogar la ley de propiedad intelectual e instaurar el Código Orgánico de la Economía Social del Conocimiento. Tal norma, en caso de aprobarse, será la más avanzada del mundo en cuanto a garantizar el derecho de acceso a la cultura y al conocimiento.
Remix, copyleft, cultura sostenible. En los próximos días estaremos en Montevideo, Buenos Aires y Quito conversando de estos temas, que están fuertemente relacionados. Una cultura sostenible implica mayores oportunidades y libertades creativas para los artistas (el remix es una de las patas fundamentales de estas libertades); y también implica el acceso amplio y democrático a los bienes culturales, para el cual el copyleft es un requisito esencial. A continuación les contamos los detalles de nuestra minigira. (más…)
En un post reciente hablamos sobre las comunidades autoorganizadas de usuarios que agregan valor a la cultura. Mencionamos comunidades de digitalización y preservación de obras, recomendación e intercambio, divulgación de géneros poco conocidos, maquetación, traducción y otras tareas.
Un rasgo común de muchas de estas comunidades es que se organizan en torno a necesidades culturales.Preservación, acceso, difusión y distribución a precios razonables son tareas que no siempre el mercado realiza satisfactoriamente. Más aun, las organizaciones de la sociedad civil y los gobiernos se ven limitados en su capacidad de dar respuesta a estas necesidades por las restricciones de propiedad intelectual. (más…)
Las actividades culturales de las comunidades estuvieron históricamente ligadas a las necesidades de las personas. Las asociaciones o centros culturales, los clubes y otros lugares de reunión, aprendizaje y acción cultural han sido siempre piezas claves de la producción y la transmisión de la cultura en el territorio.
Esta realidad se vio parcialmente modificada a partir de los años 80 y 90 con un nuevo enfoque que acompañó la transición neoliberal, basado en la promoción de las industrias culturales (o industrias creativas, según el autor) y el emprendizaje en cultura. Con el éxito económico privado como principal objetivo y la propiedad intelectual como instrumento, hubo un paulatino deterioro de una cultura pensada para transmitir saberes, recrear o cuestionar tradiciones, criticar la realidad, compartir los frutos de la construcción cultural colectiva. (más…)
En las últimas semanas estuvimos viendo varias conferencias, clases y entrevistas al escritor argentino Ricardo Piglia, disponibles en YouTube (muy recomendables). Un aspecto que siempre aparece es la vinculación entre literatura y nuevas tecnologías. Es interesante la opinión de Piglia, porque este escritor no se ocupa tanto del impacto de la digitalización en el mercado del libro. A Piglia le interesa más la cuestión creativa. Lo mismo podemos decir de Hernán Casciari, quien en un evento donde se hablaba del futuro del libro, también rechazó hablar del porvenir del soporte de lectura y de la industria que lo produce. Y eligió, en cambio, reflexionar sobre la manera en que se transforman la lectura y la escritura como experiencias. (más…)
En el curso Cultura Móvil venimos discutiendo con los alumnos el uso de los códigos QR en la cultura. La opinión general es que se están usando poco y mal, y que la realidad es que los usuarios no suelen sacar el teléfono y escanear códigos cuando están de paseo. Estoy segura de que la misma preocupación aparecerá en el siguiente curso online: Patrimonio 2.0 que comenzaremos en abril. ¿Cómo aprovechar los códigos QR en cultura? ¿Hay buenas prácticas que podamos poner como ejemplo? Precisamente, estoy conociendo un proyecto que existe desde hace tiempo: la QRpedia, una forma muy amigable de vincular lugares y artículos de Wikipedia. Gracias a esta herramienta nacía en 2012 el primer «Wikipedia Town». Veamos de qué se trata todo esto y qué lecciones podemos obtener de la experiencia. (más…)